

Si bien existen distintos tipos de datos que nos ayudarán a construir una información, cualquier historia puede ser contada visualmente. También la organización de esos datos sobre el papel, la puesta en página, tiene que tener relación con el contenido.


La arquitectura de una noticia existe y verla así empieza a facilitar nuestro cambio de mentalidad. Lo visual no es una ensalada que acompaña a la carne textual. La información visual tiene rasgos distintivos propios, que pueden comunicar contenidos sin necesidad de una traducción en texto. Elementos como un título o un copete pueden no ser necesarios, pueden sobrar y hasta pueden ayudar a no comunicar.
En un futuro no muy lejano, la mejor manera de mostrar la información será distinta a la de hoy. Ni las guerras de hoy, entre el texto y lo visual, cambiarán ese futuro.


Tenemos distintos elementos formales que pueden explicar una idea, pero tenemos poco tiempo para despertar el interés en nuestro lector.
Todavía se está discutiendo la entidad de la ilustración editorial, de la fotografía periodística y de la infografía. En muchas escuelas y facultades de comunicación no se las tiene en cuenta a la hora de enumerar los distintos géneros periodísticos. Esta pereza teórica, en poco tiempo, será la razón de su desaparición. Hoy, la ilustración editorial, de la fotografía periodística y de la infografía, son los nuevos géneros de la información.