Si tenemos en cuenta que la mayoría pertenecen a la parte de la redacción que se encarga de escribir, el efecto es más fuerte.
El primer día se analizó y discutió sobre el decálogo del nuevo periodismo (el visual), para llegar a un segundo donde el análisis de los portfolios era necesario.
Casi todos se animan a mostrar lo que vienen haciendo en sus medios. La consigna era tratar de lograr una visión crítica sobre sus trabajos y unas primeras soluciones de rápida aplicación para casos similares, en el futuro.
La tercera parte del taller los encuentra más sensibles para trabajar en otra consigna. Si bien la primera parte fue de inmersión y la segunda de análisis real sobre piezas hechas por ellos, periodistas y diseñadores, sólo en la tercera parte se logra la verdadera explosión mental.
Ahora la cosa es trabajar sobre casos reales de información gráfica que han demostrado ser efectivas. Se organizan en duplas, se les reparte una lámina folio doble con dos infografías y ellos empiezan a trabajar. Deberán analizar, desconstruir y proponer un camino distinto para llegar al mismo lugar informativo.